Profecías. Las razones para creer en Cristo. Parte 2. By Fabian Massa.
10 Yo anuncio el fin desde el
principio;
desde los tiempos antiguos, lo que está por venir.
Yo digo: Mi propósito se cumplirá,
y haré todo lo que deseo.
desde los tiempos antiguos, lo que está por venir.
Yo digo: Mi propósito se cumplirá,
y haré todo lo que deseo.
Isaías 46.10 NVI.
Como hemos ya hemos visto
anteriormente[1],
el propósito final de la profecía es para que viendo su cumplimiento, creamos.
En una oportunidad en que Moisés hablaba al pueblo, en relación a su próxima
entrada a Canaán, entonces él profetizó:
“15 El Señor tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta
como yo. A él sí lo escucharás. 16 Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando
dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del Señor mi Dios, ni volver a contemplar este enorme fuego, no
sea que muera.”
17 »Y me dijo el Señor: “Está bien lo que ellos dicen. 18 Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como
tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Si alguien no presta oído a las palabras que el
profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas”.
Deuteronomio 18.14 -19 NVI.
El Señor estaba anunciando por medio de Moisés que les levantaría un profeta que:
a. Sería
líder de una Nación, al igual que Moisés (quien gobernó a Israel en los 40 años
en el desierto)
b. Un
profeta que hablaría Sus Palabras, tal como el mismo Jesús dijo: “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi
propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras”. (Juan 14.10 RV60)
c. Dios dijo que el que no crea en Jesús deberá rendirle cuentas
(es decir, tendrá Juicio). Sobre esto dice el Apóstol Juan: ”El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí
mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el
testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”. (1 Juan 5.10 RV60.) Y es sobre esto que El Señor pedirá
cuentas a los incrédulos en el Día del Gran Juicio.
En el libro de los Hechos (Hch. 3.17 – 23) se narra la
historia del paralítico que estaba siempre mendigando en la puerta del Templo llamada
“La Hermosa”. Pasando por allí Pedro y Juan, Pedro mirando fijamente al mendigo
le dijo:
6 —No tengo plata ni
oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de *Jesucristo de
Nazaret, ¡levántate y anda! (NVI)
Cuenta la Biblia que inmediatamente
el mendigo se paró y comenzó a caminar y así entraron los tres al Templo,
alabando al Señor por el tremendo milagro de sanidad. Inmediatamente la noticia
corrió y frente al pórtico de Salomón se aglomeró una gran multitud (5.000 personas
de acuerdo a Hechos 4.4).
Pedro, al ver esto aprovechó la oportunidad para predicarles, diciéndoles:
17 »Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes y sus dirigentes
actuaron así por ignorancia. 18 Pero de este modo Dios cumplió lo que de antemano
había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que
padecer.19 Por tanto, para que sean borrados sus
pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de
descanso de parte del Señor, 20 enviándoles el Mesías que ya había sido preparado para
ustedes, el cual es Jesús.21 Es necesario que él
permanezca en el cielo hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas
las cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos por medio de sus santos
profetas. 22 Moisés dijo: “El
Señor su Dios hará surgir para ustedes, de entre sus propios hermanos, a un
profeta como yo; presten atención a todo lo que les diga. 23 Porque quien no le
haga caso será eliminado del pueblo.”
Como podemos apreciar, Pedro es
quien tuvo la revelación sobre esta profecía que Moisés pronuncio casi 1.500
años antes de ese momento: El profeta anunciado por Moisés era Jesús.
En
verdad, nada hace el Señor omnipotente
sin antes revelar sus designios
a sus siervos los profetas. Amós 3.7 NVI.
sin antes revelar sus designios
a sus siervos los profetas. Amós 3.7 NVI.
Todos los hechos de la vida de Jesús y el
marco circunstancial de cada una de sus acciones está profetizado en la
Escritura, para que podamos apoyar (y defender) nuestra fe con argumentos
sólidos y con hechos históricamente comprobables.
A lo largo de los siguientes post iremos
viendo las distintas profecías sobre Jesús. Es tiempo de creer entendiendo
cabalmente, es decir no solo emocionalmente sino que también racionalmente.
La Semana 70 está por comenzar, solo los que estén firmes en la fe permanecerán firmes hasta el final. ¿Estamos listos?
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