Reflexión. El desliz del profeta Natán. By Fabian Massa.
Una vez que David se estableció y tuvo descanso de sus enemigos, consideró que
no era correcto que el viviera en un lujoso palacio mientras que el Arca del
Pacto estuviera debajo de una tienda. La Biblia registra estos hechos en 2 Samuel
7.1-17; 1 Crónicas 17.1-17.
David le manifiesta al profeta
Natán su intención de construir un Templo a Dios y el profeta le contesta:
3 —Bien —respondió Natán—. Haga Su Majestad lo que su corazón
le dicte, pues el Señor está con usted.
2 Samuel 7.3 NVI.
El profeta hablo de acuerdo a lo que estaba en su
corazón y a lo que sus ojos veían: Dios estaba bendiciendo a David, le había
dado la victoria sobre sus enemigos y lo había prosperado en todos los órdenes
de su vida.
Seguramente Natán habría sopesado que la intención de construir un Templo para El Señor era un impulso noble y piadoso del rey, que dicha acción sería del agrado del Señor. Esto se deduce de la respuesta que el profeta le dio a David. Podemos suponer que el rey tomó la declaración del varón de Dios como una respuesta del mismo Señor a su planteo.
Sin embargo, aquella misma noche El Señor le dijo a Natán que le
comunique a David que no sería él quien le edifique el Templo, sino uno de sus
hijos (en 2 Samuel 7.4-16). Este texto contiene muchísima enseñanza pero en este
post solo quiero enfocarme en este aspecto:
Natán, siendo un profeta experimentado en oír la voz de Dios y en las cosas del Reino de los Cielos, tuvo un momento donde primó su humanidad y dio a David una respuesta según su propio corazón.
Vemos en esta pequeña porción de la Escritura lo necesario que es moverse
con un verdadero temor de Dios. Esta noción del temor de Dios para hablar y
profetizar en Su Nombre contrasta de manera violenta con la corriente actual donde muchos
predicadores (algunos de prestigio internacional) son muy dados a las “Declaraciones proféticas de Poder” en todos los
cultos de fin de semana o de las campañas en que participan.
Por eso, en estos tiempos del Evangelio de la
Prosperidad, donde hay tantos Profetas a las Naciones, es que debemos guardar nuestro corazón y sopesar todo a la
luz de la Escritura.
La Semana 70 está por comenzar, el tiempo de la apostasía ya ha llegado y
la prueba es la cantidad de Falsos Apóstoles que pululan por el Mundo. Nuestra
salvación está en Cristo y en conocer y poner por obra La Palabra. ¿Estamos
listos?
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