Reflexión. El Mundo en la Iglesia. By Fabian Massa.
Hace un tiempo atrás, un varón de la congregación que tiene más de veinte años de antigüedad en el Camino, me comentó (con una sonrisa cómplice de aprobación machista) que su hijo varón de 16 años tenía intimidad con su pareja, una joven unos años mayor que el muchacho).
Le
hice ver a este varón, al que llamaré Juan,
que no se estaría jactando si la misma situación se diera con su hija de
catorce años y que como padres debemos educar a nuestros hijos en el Camino para
que les vaya bien.
Un
segundo varón, al que llamaré Pedro,
me comenta orgulloso algo similar: Su hijo de quince años está” de novio” con
una joven de otra iglesia. Demás esa decir, que con quince años no está maduro para asumir un compromiso de este tipo.
Un
tercer varón, al que llamaré Luis, (un
hermano joven de unos veinticuatro años) me comenta que está muy feliz porque
se ha puesto de novio con una muchacha de la Iglesia. Me alegró mucho (hoy en
día estamos sufriendo una “escases de casamientos”) así que le desee un
noviazgo exitoso y un muy feliz matrimonio. Luis empalideció y me pidió que “no lo asuste con esas palabras”. Le
recordé que para nosotros los cristianos el noviazgo tiene como único propósito
el matrimonio.
Juan,
Pedro y Luis representan al “Hermano Estándar”
de una congregación pentecostal:
a. Si
bien tienen una “Vida de Iglesia”:
Van a todos los cultos, participan de una célula o lideran una, participan de
la “Supervisión”, participan activamente de un Ministerio, asisten a todos los
eventos, cantan todas las canciones, tienen en sus casas todos los cultos del “Ungido”
y los CDs de música de la Iglesia.
b. No
tienen una “Vida Cristiana”:
No leen nunca sus Biblias, no oran, no enseñan La Palabra en sus casas (porque no la conocen), su familia asiste a las actividades de la
Iglesia como si fuesen a un club social.
Estas
situaciones se dan porque no entienden en mayor profundidad la Escritura. El
hecho de guardarse virgen para el matrimonio (que corre para los dos sexos)
radica en que cuando dos personas se unen sexualmente también se fusionan
almática y espiritualmente (Gen. 2.24) El sexo sella una unión (pacto) en lo
espiritual y las dos personas se transforman en una. Esto es así porque de esta
manera lo determinó Dios desde el Principio. Quien guarde esta indicación “Del Fabricante” se asegura un óptimo
rendimiento en su vida. Y por contraste, quien no lo haga se está asegurando tener
severas fallas.
Es
necesario volver a La Palabra. Pastores, dejen de querer juntar gente, de
levantar obreros no calificados, dejen ya ese pésimo experimento de los grupos
celulares donde el liderazgo no entiende nada y enseña mal. El modelo bíblico
es que los pastores cuiden de las ovejas, porque es necesario que el que
pastoree sepa su oficio.
La Semana 70 está por comenzar, si Cristo viniera hoy a llevarse a “Su Iglesia”,
¿cuántos miembros de tu congregación quedarían afuera?
Es
hora de volver a la senda antigua.
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