Study. Babilonia según Heródoto, el “Padre de la Historia”. By Fabian Massa.
Heródoto
de Halicarnaso
(Ἡρόδοτος Ἁλικαρνᾱσσεύς)
fue un historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a. C.[1] En
su obra “Los Nueve Libros de la Historia[2]”,
se encuentra la siguiente sección, que describe la ciudad de Babilonia y la
Torre de Babel
CLXXX.
La ciudad (de
Babilonia) está dividida en dos partes por
el río Éufrates, que pasa por medio de ella. Este río, grande, profundo y
rápido, baja de las Armenias y va a desembocar en el mar Eritreo (Hoy el Golfo Pérsico). La muralla, por entrambas partes, haciendo un recodo llega a dar con el
río, y desde allí empieza una pared hecha de ladrillos cocidos, la cual va
siguiendo por la ciudad adentro las orillas del río. La ciudad, llena de casas
de tres y cuatro pisos, está cortada con unas calles rectas, así las que corren
a lo largo, como las trasversales que cruzan por ellas y van a parar al río.
Cada una de estas últimas tiene una puerta de bronce en la cerca que se
extiende por las márgenes del Éufrates; de manera que son tantas las puertas
que van a dar al río, cuántos son los barrios entre calle y calle.
CLXXXI.
El muro por la parte exterior es como la lóriga (defensa, muralla fuerte)
de la ciudad, y en la parte interior hay otro muro que también la ciñe, el cual
es más estrecho que el otro, pero no mucho más débil. En medio de cada uno de
los dos grandes cuarteles en que la ciudad se divide, hay levantados dos
alcázares. En el uno está el palacio real, rodeado con un muro grande y de
resistencia, y en el otro un templo de Júpiter Belo con sus puertas de bronce.
Este templo, que todavía duraba en mis días, es cuadrado y cada uno de sus
lados tiene dos estadios (348 m). En medio de él se va fabricada una
torre maciza que tiene un estadio de altura y otro de espesor. Sobre esta se
levanta otra segunda, después otra tercera, y así sucesivamente hasta llegar al
número de ocho torres[3]. Alrededor de todas
ellas hay una escalera por la parte exterior, y en la mitad de las escaleras un
rellano con asientos, donde pueden descansar los que suben. En la última torre
se encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente
dispuesta, y a su lado una mesa de oro. No se ve allí estatua ninguna, y nadie
puede quedarse de noche, fuera de una sola mujer, hija del país, a quien entre
todas escoge el dios, según refieren los Caldeos, que son sus sacerdotes.
CLXXXII.
Dicen también los Caldeos (aunque yo no les doy crédito) que viene por la noche
el Dios y la pasa durmiendo en aquella cama, del mismo modo que sucede en (Templo
de) Tébas en Egipto, como nos cuentan los egipcios, en donde duerme una
mujer en el templo de Júpiter tebano…..
…Una torre maciza que tiene un estadio de altura y
otro de espesor. El estadio era una unidad de longitud griega, que tomaba como patrón la
longitud del estadio de Olimpia,
que equivalía a 174,125 metros.
En la Antigüedad no había una sola medida para el estadio. Si tomamos el
estadio griego, tenemos que la base de la Torre era un cuadrado de 174 m de
lado.
Sobre esta se levanta otra segunda, después otra
tercera, y así sucesivamente hasta llegar al número de ocho torres. El diseño de la
torre se corresponde con el de un pastel de bodas, cada cuadrado debería ser
algo menor de ancho, dando lugar a las escaleras. Si cada uno de los niveles
tenía 174 m la altura total de la torre, según Heródoto, era de 1392m. una
cifra totalmente imposible, aún para nuestros días.
En la última torre se encuentra
una capilla (La "Casa de Fundamento de la Tierra y del
Cielo"), y dentro de ella una gran cama magníficamente
dispuesta, y a su lado una mesa de oro. El
objetivo de la capilla, era el de proporcionar un ambiente adecuado donde la
sacerdotisa una mujer, hija del país, elegida
por los sacerdotes caldeos.
Es
importante entender los símbolos: La Torre es el “camino” por donde el
gobernante “Asciende” desde la tierra (lo natural) por las escaleras (Cada
escalón un grado de aprendizaje) alcanzando distintos “Niveles”(“Estados
espirituales”) – el zigurat de Babilonia tenía siete pisos (de 12.8 metros cada
uno, es decir un camino de siete niveles del espíritu) - desde la tierra al
lugar donde tenían “contacto” con su divinidad, durante la relación sexual con
la sacerdotisa (en ella se encarnaba la deidad) se producía la “unión del Cielo
y la Tierra”, (la unión del cielo -lo espiritual- es decir el espíritu
encarnado en la sacerdotisa y la tierra -lo carnal- representado por el
mandatario.
De esta manera, en forma indirecta su producía una unión o pacto
con base en el acto sexual –una misma carne = un mismo espíritu-entre un humano
y un espíritu[4]).
Esta unión sexual garantizaba un año de
fertilidad para los campos, para el ganado y para los habitantes del reino, y
la prosperidad general de la tierra. Cuando el gobernante descendía, ya no era más un
hombre común, sino un “dios”. Todos ellos estaban convencidos de que era real,
y actuaban en consecuencia, el gobernante sometía de manera tiránica a todos
sus gobernados, ya que para él eran simples “mortales” a su “divino” servicio. Este es el germen del “espíritu de babilonia”
la raíz de todas las religiones y principio
de todos los males. Tanto los registros arqueológicos, como la información
dada por la Escritura, el primer reino después del Diluvio era “un solo pueblo con una misma lengua”.
Esto significa una misma manera de pensar y sentir las cosas, una historia,
religión, ciencia y filosofía de vida común a todos. También trajeron en sus
memorias los relatos de cómo era la vida “antes” del Diluvio[5].
Puede decirse que Babilonia
es el origen de toda la idolatría. Estos cultos paganos luego se replicarían en
las demás culturas, atravesando las fronteras geográficas, culturales y
temporales, llegando hasta nuestros días.
La Semana 70 está por comenzar. Es bueno identificar el origen de la idolatría, a fin de reconocerla en nuestros días. ¿Estamos listos?
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[3] Obviamente una exageración, pues de acuerdo a este diseño,
el edifico tendría más de 1.400 m de altura
[4]
Este tipo de relaciones entre humanos y seres espirituales se dan a entender en
Génesis 6. En ese texto indica que se
realizarían de manera explícita y no figurativa. “Los hijos de Dios y las hijas
de los hombres” tema tratado en el capítulo VII.
[5] También trajeron el recuerdo de las prácticas idolátricas
y ocultistas.
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