Que toda la Gloria sea para El Señor! By Fabian Massa
En Juan 5, la Biblia cuenta la historia del paralítico de Betesda. A causa de que Jesús llevó a cabo la sanidad del hombre en sábado, los religiosos se enojaron al punto de querer matarle: ¿Cómo se atrevía el Ungido de Dios a sanar a alguien en día de reposo y violar así la tradición de los Ancianos?
Del versículo 30 al 47 Jesús les responde a los fariseos, dejándonos una enseñanza práctica para todos aquellos que quieren ministrar La Palabra de Dios, Jesús dijo:
30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
“Nuestro trabajo consiste en predicar la Salvación
por medio del arrepentimiento de las obras que conducen a la muerte y a tener
fe en la Obra Redentora y restauradora de Cristo en la Cruz”.
31 Si
yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
No tiene sentido que uno mismo haga referencias a la unción con que Dios lo ungió cada 15 minutos. Si hay alguna unción en el ministro, hablará por sí misma.
41 Gloria
de los hombres no recibo.
Jesús no buscaba recibir aplausos de los hombres.
Él no decía las cosas para quedar bien o pensando en agrandar su Iglesia.
Tampoco predicaba como buscando que la ofrenda se engrosara. Jesús tenía la
libertad que da el no tener nada y a la vez disponer de todo. El dijo que no
tenía siquiera donde recostar la cabeza (Mateo 8.20) sin embargo en una
oportunidad dio de comer a 5.000 hombres (más las mujeres y los niños) con solo
cinco panes y dos pescados. Tampoco se preocupo por el sonido, los
efectos especiales, la banda de rock para su sermón. El simplemente enseñó y
oró. No buscaba su gloria!!
Jesús dijo:” 18 El que habla por cuenta propia busca su
vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una persona
íntegra y sin doblez”. (Juan 7.18 NVI)
Jesús no buscó glorificarse a Él mismo, ¿qué queda para
nosotros, sino imitarlo? El venía de parte del Padre y nosotros vamos de parte
de Jesús, por lo tanto la gloria sea para Él, que es quien nos envía.
Prediquemos de la Justicia, de la Verdad, de la
Salvación que viene por reconocer el Nombre de Jesús y del arrepentimiento de
los pecados.
Nuestra misión es predicar y enseñar lo que Dios dice y no lo que los hombres prefieren escuchar.
La Semana 70 está por comenzar, el "Evangelio de la Prosperidad" no salva. Prediquemos la "Sana Doctrina".
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